El Seguro de Comunidades tiene como objetivo asegurar el todo de tu edificio: estructura, fachada, instalaciones eléctricas, suelo, puertas, ventanas…
En caso de siniestro, disponer de una sola póliza para el conjunto de la comunidad evita que cada propietario tenga que declarar a su compañía el siniestro por la proporción que le corresponda, con la complejidad que eso supone.
Con una póliza de la comunidad bien planteada, no será necesario que contrates por tu parte ningún otro seguro de hogar, salvo el del contenido de la vivienda y las obras de mejora que hayas añadido a la misma.
Por eso mismo, no será necesario que mantengas con la entidad financiera ningún otro seguro que garantice el edificio: bastará con que solicites a la póliza de la comunidad un certificado de seguro.
Además, el coste del seguro que te corresponde como copropietario es inferior al que te supondría asegurarte aparte y, por otro lado, estar asegurado en dos sitios obstaculiza la resolución de un siniestro.